LA MUERTE DEL EGO.

 




En este capítulo encontramos la metodología para la eliminación del ego.
Todos los capítulos anteriores son sólo el preámbulo de éste, ya que en la muerte del ego sintetizamos todo nuestro triunfo y liberación.
Hablar de la muerte del ego, es hablar del Arcano 13, de la “Transformación”. Morir en el ego no es desaparecer, es Transformarse, permitir que algo nuevo nazca en nosotros. Pero, lamentablemente, no queremos cambiar.
Cada uno de nosotros es, tal vez, bueno para la limpieza física. Nos duchamos todos los días, nos lavamos las manos a cada rato, nos lavamos los dientes, no comemos comida que esté sucia. Más sin embargo, no tenemos la misma higiene mental, no hacemos una limpieza de nuestra mente, en ella si permitimos una serie de suciedades, basuras, mugres, que nos dañan a nosotros y dañan a los demás.
Siempre debemos empezar de cero, porque si pensamos o creemos que ya hemos hecho bastante nos estancaremos, hasta ahí no más llegaremos, nos dormiremos en los laureles. Sólo empezando de cero día a día, nos iremos alejando de la posibilidad del estancamiento, de la detención o del retroceso.
Para poder eliminar el ego necesitamos apelar a una fuerza superior a la mente, ya que nuestra mente puede darse el lujo de ocultar un defecto, cambiarle de nombre, esconderlo, olvidarlo, “no pescarlo”, pero nunca eliminarlo.
Esa fuerza existe y es de naturaleza espiritual, está esperando a que apelemos a Ella para desintegrar cualquier defecto que ha sido descubierto infraganti, con el sentido de la autoobservación.
Esa fuerza, ese poder, esa capacidad, está en nuestra “MADRE DIVINA”, en nuestra Madre Espiritual, en la Madre de nuestra Alma.
Nuestra Madre Espiritual, armada con una lanza se enfrentará a cualquier defecto psicológico que nosotros le pidamos con el corazón.
Debemos suplicarle a Ella, con todo el corazón, que elimine el defecto que hemos descubierto, por pequeño que sea, como un pensamiento, sentimiento o acción.
Por diminuto que sea el detalle debemos pedirle a nuestra MADRE DIVINA:
“Madre mía, sácame este defecto y desintégralo con tu lanza”.
Ella lo hará así porque ésa es su misión, ayudarnos en esa forma para irnos liberando.
La súplica a Nuestra Madre Divina Particular debe ser hecha con Fuerza y Fe, de inmediato al descubrir un “yo” o defecto psicológico. Ella solamente nos elimina el “yo” que hemos descubierto en alguno de “Los Tres Cerebros” (mente, corazón y sexo) por medio de la Autoobservación Psicológica, “de instante en instante, de momento en momento”.
Debemos tener fe que Nuestra Madre Divina nos desintegra ese yo o defecto psicológico, en el instante o momento en que le pedimos su Muerte o Eliminación.
Sólo se puede eliminar el ego en el mundo físico; aquí está la energía para hacerlo (fuerza sexual). Al momento de desencarnar (muerte física), se posterga el trabajo hasta una nueva encarnación.
Cualquier pensamiento negativo que sea descubierto debe ser presentado a la Madre para su eliminación, sin dudar y con mucha decisión. De esta forma el defecto va perdiendo volumen, se va pulverizando.
Sólo en continua vigilancia de nuestra mente, corazón y sexo, nos iremos capacitando para la desintegración de todos y cada uno de los defectos que nos tienen atados al mundo del dolor, del engaño y el sufrimiento.
A medida que se va eliminando el ego, va naciendo el verdadero amor a sí mismo, y este amor se va expresando como amor al prójimo y va naciendo el más íntimo anhelo de ayudar a los demás, para que también comiencen a liberarse de sus propios defectos.
Terminologías como “autoestima y amor propio”, son trucos del ego para continuar escondido con ropajes de falso amor. No necesitamos aumentar la autoestima, sino eliminar de nuestra psiquis yoes que denigran o enaltecen nuestra propia autoimagen.
“El amor propio es el sobrenombre del orgullo”.
Los peores momentos son los mejores para descubrir y eliminar el ego. Por lo cual, las dificultades no deben rehuirse, sino aprovecharlas inteligentemente para el autodescubrimiento.
A medida que más se trabaja se va refinando el paladar psicológico y se está en condiciones de descubrir defectos, de los cuales jamás pensamos que habitaban dentro de nosotros.
Algunos nombres que se le ha dado a la muerte del ego en el transcurso de la historia: “Muerte Mística, Aniquilación Budista, Morir en el Señor, Decapitación Psicológica, Limpiar el establo, Negarse a sí mismo, Enfrentarse a la bestia interna, La lucha contra el dragón, Desegoistizarse, Despertar la Conciencia, Liberar el Alma, Derrotar a los demonios, El Trabajo con los Detalles, Muerte en Marcha, Fabricar Alma, Pulirse, etc.”
Este trabajo en el ego también ha sido enseñado en cuentos de niños, como ser “La bella durmiente del bosque” es la conciencia (alma, hermosa) que duerme profundamente al ser envenenada por la bruja (ego, la maldad, la manzana, el sexo en su aspecto lujurioso). El genio (conciencia) de la “Lámpara de Aladino”, está atrapada en la botella (ego, mente).
La Madre Divina elimina al ego según nuestra comprensión del mismo, a mayor comprensión, más profunda es la muerte que Ella realiza del defecto.
Ir haciéndonos cada vez más consciente de nuestra propia maldad, es el objetivo del trabajo sobre sí.
Cada vez que eliminamos un defecto, aflora una virtud; ésta es en sí misma la esencia que el ego tenía atrapada en sus fauces.
El Sentido de la Autoobservación Psicológica relacionado con la Glándula Pituitaria o Hipófisis, se va desarrollando cada vez más y es claro que el Autodescubrimiento va siendo cada vez mayor y mucho más detallado.
Hay muchos libros que hablan del ego y lo describen muy bien. El detalle está en la forma de eliminarlo o trascenderlo, ya que no sólo se debe tener conciencia del ego a través de la comprensión, meditación, reflexión y autoobservación, sino es de vital importancia su eliminación y esto es sólo posible con la ayuda de Nuestra Madre Divina, de lo contrario el ego se puede debilitar, pero nunca eliminar.
"Con la muerte se mata a la muerte, por toda una eternidad.

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